Desde las farmacias tenemos una gran responsabilidad sobre la salud de nuestros pacientes, haciendo una de las funciones que mejor sabemos hacer, la de informar.
Desde el rigor, la ciencia y la confianza que nos caracteriza como establecimiento sanitario debemos mantenernos como ese punto sanitario de información. Explicar al paciente e informarle forma parte de nuestra profesión.
Detectar y desmentir toda aquella información errónea o confusa que se pueda originar entorno al uso de cualquiera de los medicamentos y/o productos que dispensamos dentro de la oficina de farmacia es nuestra labor. Debemos explicar los beneficios de la vacunación.
Es un producto biológico que se utiliza para prevenir enfermedades infecciosas a través de la activación de nuestro propio organismo para que éste pueda desarrollar defensas específicas contra las mismas. Por esto mismo, por norma general, las vacunas contienen parte del microorganismo causante de la enfermedad o el germen entero, pero muy debilitado o inactivado.
De forma general, las vacunas se administran durante la infancia, para proteger a los bebés y niños/as de enfermedades graves. Las vacunas, como ya bien hemos dicho, estimulan las defensas del organismo de forma natural y combatir de forma más rápida y efectiva las enfermedades.
La vacunación es una de las medidas de salud pública que ha salvado más vidas a lo largo de la historia. Vacunar a los más pequeños es la forma de protegerlos contra aquellas enfermedades que podemos prevenir con las vacunas.
La viruela, la poliomielitis, la rubéola y el sarampión son enfermedades eliminadas en muchos países del mundo gracias a la vacunación.
En aquellos países que todavía no se han erradicado pero que sí están controladas, si disminuyen las personas vacunadas podrían aparecer en forma de brotes o epidemias.
El coste de la vacunación no suele ser mayor al coste que genera la propia enfermedad.
Vacunarnos es un acto de solidaridad porque creamos una inmunidad comunitaria. Si hay mucha gente vacunada hacemos que el microrganismo que crea la enfermedad circule menos y por lo tanto aquellas personas que no están vacunadas también están vacunadas.
Es importante vacunarse en situaciones especiales. Por ejemplo, si padeces ciertas enfermedades crónicas (diabetes, asma, obesidad, etc.), si estás embarazada, si en el desarrollo de tu profesión tienes contacto con personas más vulnerables a ciertas enfermedades infecciosas, antes de viajar a otros países, etc. Ante cualquiera de estas situaciones, consulta con tu médico, enfermero, servicio de prevención de riesgos laborales o Centro de Vacunación Internacional o farmacéutico según la circunstancia.
La vacunación contra la Hepatitis B previene de complicaciones como la cirrosis o el cáncer de hígado.
La vacunación contra el papilomavirus protege contra el cáncer de cuello de útero y otras localizaciones.
La vacunación forma parte de un estilo de vida saludable, como son hacer ejercicio o seguir una dieta equilibrada.
Es importante conocer que los controles de seguridad de las vacunas son más rigurosos que el de los medicamentos.
Las contraindicaciones de las vacunas son pocas.
Cualquier duda que tenga puede preguntar al personal médico, de enfermería, a su farmacéutico o al personal de riesgos laborales.
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