Productos de fotoprotección para bebés, niños y adultos que evitan efectos nocivos de las radiaciones solares sobre la piel. Productos de diferentes marcas entre las que destacan Heliocare, Isdin, Eucerin, Klorane, Caudalie, Avène y Leti.
Nuestra piel se encuentra expuesta a los rayos solares durante todo el año, sobre todo durante los meses de verano. El efecto del sol es extremadamente perjudicial para la piel, los rayos UV de alta intensidad penetran en las células de la piel alterando procesos biológicos que afectan a su crecimiento y apariencia, produciéndose en ocasiones una reacción inflamatoria conocida como eritema solar o quemaduras.
Además, está demostrado que la exposición continuada a la radiación UV, especialmente la tipo B, tiene efectos cancerígenos y, aunque las células cuentan con mecanismos de protección y reparación, supone un factor de riesgo para el desarrollo de melanomas y otros procesos malignos de la piel. Por otra parte, los rayos UVA, aunque de menor intensidad, penetran más profundamente en nuestra piel y a largo plazo generan un envejecimiento prematuro que se caracteriza por la presencia de más arrugas, piel áspera, seca y con manchas a medida que nos vamos haciendo mayores.
Para protegerse del sol es importante evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Además, hay que tener en cuenta el índice ultravioleta. La protección solar será siempre necesaria cuando se prevea un índice ultravioleta moderado o alto, lo que ocurre con frecuencia a lo largo de todo el año, no solo en la época de verano.
Los productos con filtros solares son un método de prevención contra los rayos ultravioleta A y B, que perjudican nuestra piel tras una larga exposición al sol. Su función es proteger la piel de posibles quemaduras e irritaciones causadas principalmente por el sol, además de alteraciones cutáneas y enfermedades de la piel que pueden salir a largo plazo debido al fotoenvejecimiento. Los protectores solares pueden ser faciales, corporales u orales y existen diferentes texturas y excipientes para los diferentes tipos y necesidades de cada piel.
Al utilizar cremas protectoras del sol, debe tenerse en cuenta la aplicación correcta sobre toda la piel expuesta y repetir la aplicación cada dos horas o después de nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.
La piel de los niños es más vulnerable a los riesgos ambientales que la de los adultos, de igual manera que es más sensible y con necesidades únicas para su piel. Cuando están al aire libre siempre es muy importante que se protejan de la exposición a los rayos UV del sol. Para ello, hay productos de protección solar específicamente pensados para ellos y sus necesidades.
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